La esperanza - fuente cristalina de energía para un futuro claro y
espléndido.
¡En cuanto tenga el brillo
de la vida, la esperanza vive y se renueva!
La esperanza es como
agua limpia que, inagotable, brota de la fuente de la eternidad. Incluso a la
intemperie ella se renueva a cada momento, apagando la sed de ser feliz.
En cuanto sus ojo
contemplen las cosas, sus manos toquen otras manos, su cuerpo acoja otro
cuerpo, hágala viva y fuerte.
Jamás se desanime
ante cualquier dificultad. La esperanza y la vida están unidas por un cordón
umbilical. Son inseparables. Al morir la esperanza, morimos en ese exacto
instante.
No desista ni descrea
pensando que ya hizo todo, y que todas las oportunidades se agotaran. Vívala
has el fin. Diga no a la desesperanza.
La esperanza lo
espera. ¡Revívala!
¡Ella es infinita
como el aire que entra en sus pulmones, purifica su sangre y da vida a su
cuerpo!
Inácio Dantas
(Libro “Lecciones de Sabiduría”)
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