Decir una palabra equivocada en el momento equivocado puede tener el efecto de un disparo. Así que tener en cuenta: ¡piensa antes de hablar y no hablar antes de pensar!
1-Para resolver querellas, defiéndase sin atacar. Sea perspicaz. Use la fineza, “juego de inteligencia”, y hable el idioma de la claridad. Sin que lo perciban, vencerá con poco o ningún esfuerzo; no ofenda a ninguno y granjéese nuevos amigos.
2-Al dar una orden de trabajo, no acepte ser cuestionado sin una razón justa. Sea impositivo y haga prevalecer su palabra. Si no demuestra tener “pulso”, sus órdenes no serán cumplidas y perderá autoridad y liderazgo.
3.No despida a un empleado por no haber realizado bien una tarea; dé le una segunda oportunidad. Cámbielo de sector o puesto; tal vez no tenga aptitudes para un determinado trabajo y sea excelente para otro.
4.Para crear un buen ambiente laboral, sea siempre receptivo a las sugerencias, ideas y opiniones de los demás, aunque le parezcan inocuas. Recuerde que entre el cascajo podemos encontrar diamantes.
5.Si un cliente, acreedor o deudor le llega un día con agresiones e insultos, sea paciente y cálmelo. Hasta el río más impetuoso es engullido por la calma del mar...
6.Los aplausos y el reconocimiento son el premio de los que supieron arremangarse la camisa para trabajar, luchar y conquistar. No hay mayor aplauso a la hora del triunfo que el del interior: la autoestima....
9.Despierte sereno, cuerpo reposado y agradezca a Dios la dádiva de la vida. Al salir para el trabajo respire profundo y diga, “buen día” a la naturaleza y mentalícese: “¡hoy es mi día y será maravilloso!”
10.Para dirigir a una o mil personas usted debe tener sentido común, ética y decencia. Ignorar estas cualidades es ignorar la oportunidad de ser un buen gerente.
Inácio Dantas
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