terça-feira, 4 de outubro de 2011

Razón y emoción. Hay veces que sea más racional y menos emocional…


      
    Atención. Cuidado. En esta vida, la razón siempre debe estar por delante de la emoción.

  Decir sin pensar, tomar una actitud por “impulso”, muchas veces puede alterar nuestro presente y comprometer seriamente nuestro futuro.
  No es saludable tomar decisiones apresuradas, generalmente inconsecuentes. Tampoco debemos dejarnos llevar por bellezas ilusorias, falsas promesas, cualidades dudosas y ventajas cuestionables. Bajo el envoltorio de esas “ofertas” pueden existir terribles trampas…
  Mientras trabajamos duro, con rectitud, muchos preparan formas de obtener ganancias fáciles con poco esfuerzo…
  Somos “llevados” a creer en lo increíble, que lo feo es bello, que lo difícil es fácil y hasta que lo ruin es bueno.
   Al ser “llevados” por la novedad, podemos contraer prejuicios en un instante impensado.
   ¡Entonces, al trabajar debemos conducirnos por la razón, no por la emoción, porque incluso las pequeñas decisiones exigen grandes reflexiones!

     (del libro “Lecciones de Sabiduría”)

Reflexiones:

    Cuando Converses con alguien que esté enojado, conduce la plática de manera equilibrada y tranquilizadora. Las charlas acaloradas ensucian la boca y hieren los oídos.

     No hables en vano. Piensa bien antes de hablar sobre algo importante; de lo contrario, podrían volverse contra ti.

    ¿Apruebas algo que otra persona desaprueba, o viceversa? Es un hecho que las divergencias son propias del mundo democrático. Encontrarás unas personas que piensan igual que tú, y otras que opinan de manera distinta. En cualquier caso, es imprescindible que la conciliación de las diferencias sea pronta, para que los embates no duren eternamente.

     Inácio Dantas
     (Del libro © “300 Sugerencias para Relacionarte mejor”)

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