¡Su El hombre que vive en paz con el mundo vive feliz, en un paraíso dentro de sí mismo!
1.Evite la confusión.
No ofenda, ni dé oídos a ofensas ni provocaciones. Deles la espalda. Huya. No colecciones sinsabores. Piense: "no es conmigo" y distánciese.
¡Economice confusión!
Si no puede, a la primera señal de confusión mantenga la calma, y ponga en pie el equilibrio de la razón. No avance hacia un mal desenlace y sí hacia la conciliación. El proverbio dice "más vale un mal acuerdo que una buena demanda."
Evite escándalos, tengan los motivos el valor que tuvieran. Las desavenencias le darán mucho que perder y nada que ganar. Tampoco dé importancia a las ironías que puedan derribar su buena estrella.
Gaste ese precioso tiempo en cosas que le proporcionarán alegíia y placer. Sea partidario del sosiego. Del suyo, y del de los suyos.
¡Piense que es siempre mayor ganancia perder un peso que enfrentar una confusión!
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2. ¡Usted es un vencedor!
Descubra en sí mismo la potencialidad y sabiduría que necesita para conquistar la gloria.
No piense "eso no lo sé hacer", "tengo miedo de equivocarme", "no va a dar resultado" ni otras cosas negativas.
Piense "lo voy a hacer", "voy a lograrlo", "esto dará resultado". ¡Destierre la palabra derrota de su vida!
Nadie nace con habilidades para hacer obras complejas o crear cosas de gran magnitud. Pero todos podemos, todos somos capaces, porque todos tenemos dones. Y los desarrollamos y acrecentamos con el tiempo, con constante empeño, con ahínco. Aprender es una grandeza que no ocupa espacio.
Piense "¡soy capaz!", "¡lo voy a conseguir!".
Vea solamente pétalas y no espinas en el camino a recorrer. Comprenda que la lucha es apenas un detalle para alcanzar su gran objetivo: ¡la victoria!
Inácio Dantas
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