quinta-feira, 7 de abril de 2011

¿Odio, venganza? ¡No! Abre tu mente a la comprensión y buen diálogo.



      Recuerde que un mal acuerdo es mejor que una buena demanda... A veces perdemos aquí para ganar allí. Piensa en cosas positivas. Después de todo, la paz es el mejor resultado que podemos encontrar.

     ¡Diga no a la idea de venganza!
     No transforme la sutileza de la paz en una guerra atroz. La sed de venganza puede ser saciada con la hiel amarga del arrepentimiento. Deshágase de este acto maligno. Quien vive pensando en querellas, pelea hasta con el pensamiento.
     No permanezca “ciego de rabia”, bramando, tratando de hacer justicia por sus propias manos. Ese estado irracional lo llevará a los extremos. Hacer ese cálculo es dar al cuerpo un arma incontrolable: el odio.
     Actúe con sabiduría. Evite el preludio del odio. Sea voluntario del amor.
     Busque el diálogo, la comprensión, el entendimiento. Quien no tiene paz de espíritu entabla guerras contra sí mismo.
     Converse en tono pacífico. Explíquese. Oiga las explicaciones. Agote los intentos de conciliación.
     Recuerde, en fin, que existe una ley para juzgar y sentenciar, ¡y la ley es la mejor venganza que podemos tener!

>> 

     Tenga una vida excepcional. No tenga actitudes poco elegantes. Piense tres veces antes de:
·        Hablar mal de quien no está presente para defenderse.
·        Afirmar algo inverosímil o que no puede probar.
·        Ofender a las personas para demostrar fuerza y poder.
·        Enseñar una mentira para camuflar una verdad.
·        Revelar una confidencia que juró guardar en secreto.
·        Culpar a los otros por un error que usted cometió.
·        Juzgar sin pruebas, condenar sin juicio, castigar sin condenar.
·        Copiar una idea ajena y decir que es suya.

   Inácio Dantas
   (del libro “Lecciones de Sabiduría”)

   Temas relacionados:

   Temas adicionales

   Temas otros (Filosofía en portugués):

Nenhum comentário:

Postar um comentário