El amor de la madre, el más grande amor del mundo. ¡Un premio del cielo a todos los hijos en la tierra!
¿Es posible al madre medir su amor por el hijo?
¿Tiene un hijo noción de la generosidad, del encanto, de la extensión infinita de ese amor?
¡No existe amor mayor ni más puro que aquél que vive en corazón materno!
El amor de una madre al hijo, solamente puede medirlo una cinta métrica divina. ¡Y ni el mejor orfebre del mundo es capaz de tasar su valor!
Nada se asemeja a él. Nada lo suplanta. Es algo tan grandioso que solamente el corazón de una madre puede resistir.
Y vivir dos veces de una vez. Es como mirar las propias manos y sentirlas una extensión del cuerpo: de tal madre, tal hijo. Un sentimiento puro, incomparable, inmortal.
¡Tenga usted también por su hijo ese amor que une y que hace a una sola materia dividirse en dos cuerpos!
Inácio Dantas
(del libro “Lecciones de Sabiduría”)
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